Martes, 5 de noviembre de 2024, por Lluvia Agustin
“Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.” Daniel 2:21 (RVR 1960)
Muchos de nosotros sentimos que estamos al final de un ciclo definitivo en la Historia de los Estados Unidos y el mundo. Con las elecciones presidenciales de hoy, de alguna manera todos sabemos que los tiempos van a cambiar. Dios nos dará lo que necesitamos o lo que merecemos; en cualquier caso, Él decidirá.
Para la comunidad hispana en los Estados Unidos, este ha sido un momento en el que se entrecruzan varios intereses. Un partido ha prometido frenar la inmigración masiva y desordenada, abordar el tema de la inflación, proteger los espacios seguros para las mujeres en baños, vestidores y deportes, y poner fin a guerras que ya han costado la vida a cientos de miles de personas en diversas partes del mundo. Sin embargo, estas promesas también incluyen, como contrapartida, el riesgo de deportaciones masivas.
Por otro lado, el otro partido ofrece una vía hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes, muchos de los cuales son hispanos. Este paquete incluye, aunque no siempre de manera explícita, el aborto hasta los nueve meses, y en algunos casos, sin que los médicos tengan la obligación de brindar atención si un bebé sobrevive al procedimiento, como es ley en el estado de Minnesota. También se extendería el acceso a fondos públicos para procedimientos de cambio de género para personas encarceladas, como ya hay precedentes en California.
A estas alturas, hemos hecho todo lo posible. Nos hemos informado más allá de los medios convencionales. Este año, en lo personal, he leído libros que me han ayudado a comprender mejor los temas en debate. Para mí, lo más importante en mi elección política son las enseñanzas de la Biblia, donde Dios nos dio un código moral para seleccionar a nuestros gobernantes, como se ve en Proverbios 31:8-9, y las leyes contenidas en el Pentateuco, que he leído y estudiado con atención desde hace años. Sea cual sea tu creencia religiosa, espero que también las tomes en cuenta, ya que el mismo Sócrates dijo, a través de Platón: "No puede haber verdadera justicia en la ciudad si no se persigue la virtud que la religión enseña. La política que no se funda en principios superiores está destinada al fracaso."
Sé que muchos han seguido un camino similar, dialogando con sus familias, amigos y colegas. Algunos incluso han perdido relaciones por estas diferencias de opinión.
Andrew Breitbart, el fundador de Breitbart News y cofundador de HuffPost, dijo: “La política es un reflejo de la cultura.” Mañana o esta semana puede que gane el candidato por el que voté, o puede que no. Cualquiera que sea el resultado, quien asuma como el próximo presidente de los Estados Unidos será el representante del pueblo, guste a quien le guste. Si resulta ser por quien vote, bien. Si no, regresaré a lo que me corresponde hacer: contribuir al diálogo, al intercambio de ideas y a levantar lo que me toca para una sociedad mejor, donde cada hombre, mujer y niño puedan acercarse un poco más a su Creador.
Mi deseo para ti es que hagas lo mismo, ya sea en Estados Unidos o en el país donde te encuentres. No permitas que la política te agobie. Es bueno informarse y participar, pero después de eso, acepta la voluntad del pueblo y, sobre todo, la voluntad de Dios. Recuerda que es Él quien decide cuándo cambiamos de época, y es Él quien pone y quita reyes.